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La primera infancia es la base del desarrollo humano

Empezar hoy desde la gestación y los primeros años de vida

El ser humano requiere construir su cerebro durante sus primeros años de vida, los adultos somos responsables de sentar las bases de su crecimiento y desarrollo

María Teresa Moreno Zavaleta

Publicado: 2018-03-30

Hace más de una década que varios países de latinoamérica han priorizado la primera infancia como parte de sus políticas públicas, esto se debe no sólo a la gran evidencia con la que se cuenta para dar a conocer la importancia de los primeros años de vida, sino también, al análisis del costo-beneficio, invertir en la infancia es más rentable que trabajar en otra etapa de la vida. El Perú no ha sido ajeno a la construcción de políticas públicas. Sin embargo, a la fecha pese que el cuidado y la educación de los niños y niñas es una tarea compartida por diferentes sectores, no se evidencia un compromiso global para garantizar que todos los niños, niñas y sus familias reciban una atención integral. Si bien, el presupuesto público ha aumentado a favor de la infancia, éste no ha sido equitativo. Hay sectores del estado que concentran mayor inversión en la infancia y otros no tienen el presupuesto para cumplir con sus funciones. Los problemas en la infancia continúan siendo un problema que afecta el crecimiento y desarrollo de los niños, que limita sus potencialidades y que cada vez les ofrece menos oportunidades para cerrar las brechas de inclusión.

Es necesario, empezar a analizar donde está el centro del problema, por qué no es posible que aún existiendo compromisos multisectoriales, sea tan dificil trabajar de manera multisectorial, integralmente, haciendo seguimiento a las políticas y evaluando resultados.

La participación de los gobiernos locales y regionales para liderar los mecanismos de articulación son experiencias valiosas que deben ser replicadas en todo el país. Es necesario lograr un consenso en el cómo trabajar de manera articulada significa no solo que cada uno haga lo que le toca, sino que lo que se haga siga una misma ruta, un mismo enfoque una misma visión de niños y niñas.

Cada año, nacen en el Perú, cerca de 550 mil niños y niñas, por lo que haciendo cálculos actualmente hay aproximadamente 1,650,000 niños y niñas menores de tres años. La región de Lima concentra la mayor cantidad de niños y niñas, los servicios de cuidado diurno y educación temprana atienden sólo al 12% del total de todos los niños a nivel nacional. El sector salud que es la puerta de entrada no logra un seguimiento contínuo de cada niño y niña desde la gestación y sus primeros años, la anemia es un indicador que sigue afectando a más del 40% de los niños menores de tres años. 

Es importante, concentrar nuestros esfuerzos para que cada niño y niña que nazca lo haga con las mejores oportunidades y condiciones de acuerdo a su contexto cultural, que exista seguimiento no solo de su peso y talla, sino un seguimiento de su desarrollo y aprendizaje, orientación y fortalecimiento a la familia sobre la importancia del apego seguro, de la salud, nutrición, saneamiento y espacios seguros para que puedan jugar con libertad de movimiento y autonomía. Se requieren programas de salud mental para apoyar a los padres en regular sus emociones y puedan ayudar a sus hijos en este mismo proceso. Es una tarea titánica pero no imposible, otros países han demostrado con resultados que si es posible trabajar de manera multisectorial. Ningún niño y niña debe quedar fuera de las políticas públicas, ofrecer a los padres y madres un empleo digno y horas para que puedan estar con sus hijos pequeños es también una manera de ofrecer mejores oportunidades. Pero en un país donde no existe la estabilidad laboral es posible que no sea posible que la familia pueda ser la única responsable del cuidado de sus hijos, para ello se necesitan programas que puedan ofrecer a las familias la oportunidad de cuidar a los niños con calidad y participación de las mismas familias. El mejor lugar donde un niño puede crecer es el seno de una familia responsable, que pueda garantizar su salud física y mental, que le de seguridad afectiva. Sin embargo, de acuerdo a la encuesta ENARES (2016)  la violencia física, mental y sexual ocurre en el interior de la familia. Por tanto, trabajar con la familia es prioridad.

Hay mucho por hacer, no podemos detenernos o estar en modo pausa, es decir quedarnos inactivos ante la situación de miles de niños y niñas de nuestro país. Hoy mismo están esperando de los adultos para que podamos darles experiencias enriquecedoras, ambientes libres de violencia y sobretodo seguridad afectiva y física para que crezcan felices y desarrollen al máximo sus potencialidades.


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En defensa de la vida

Muchos hechos pasan de largo y no se hace nada, este espacio será para romper la barrera del inactivismo y hacer propuestas.