Para todos los que trabajamos por la vida, es indignate aceptar la muerte y mucho menos si esta se da por razones que es posible prevenir. Hace unas semanas todos los peruanos nos impactamos por un asesino en serie que quitó la vida de varias personas inocentes, una de las primeras víctimas fue mi hermano Martín, que se encontraba haciendo su trabajo. La preocupación de Martín era el orden público, el ordenamiento de la ciudad, el respeto a las normas y leyes, la formalización de los trabajadores de la calle. Tenía dos semanas en el cargo de Gerente de Fiscalización de la Municipalidad de los Olivos, había renunciado a otros trabajos porque quería contribuir desde la gerencia a volcar todos sus estudios y experiencias vividas en diferentes municipios de Lima.

Los que lo conocían podían dar fe de su capacidad técnica de su calidad humana y de su pasión por el trabajo. Tenía muchos sueños, una familia que amaba y muchas ganar de vivir, sin embargo, todo ello le fue arrebatado no solo a él sino a la sociedad porque cuando muere una persona que aporta todos perdemos.

El día de su muerte el Sr. Presidente de la República envío un mensaje de condolencias a la familia y dijo que hechos como éste no deben volver a ocurrir. De acuerdo, totalmente de acuerdo, pero no es suficiente decirlo se requiere un plan de acción, una política de seguridad ciudadana articulada entre el gobierno central y los gobiernos locales. Ahora bien, el crimen y la violencia no son hechos aislados son consecuencias de múltiples causas que no fueron identificadas a tiempo.

El asesino tenía 31 años, me pregunto si durante esos 31 años de vida ninguna institución educativa en la que estudió pudo identificar en él alguna carencia o rasgos en su personalidad. 

En los años 50, John Bowlby destacado psicoanalista inglés realizaba varios estudios sobre menores socialmente desadaptados y delincuentes comunes, interesándose por el desarrollo de los niños. Asimismo, trabajó como consultor de Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud (WHO). Bowlby contribuyó con su teoría del apego que es una teoría de las relaciones humanas es un proceso que se construye en la infancia. Si desde esos años, nuestro país hubiera implementado políticas de Salud mental, probablemente hoy no tendríamos que lamentar tantas muertes.

Me pregunto ahora, ¿qué está haciendo el gobierno para promover programas de Salud Mental en la sociedad, para disminuir el estrés, la falta de trabajo digno y bien remunerado, la falta de un empleo estable que puede causar que las personas pierdan el valor a la vida y destruyan la vida de otros, busquen el camino de la corrupción del dinero ilícito al margen de quienes pese a las carencias deciden trabajar y hacer lo correcto?

Si los seres humanos no cuentan con un entorno seguro desde sus primeros años de vida, lo único que estamos haciendo es que luego se hagan daño a si mismos y a la sociedad.

Hay una gran responsabilidad del gobierno por estos hechos, hay mucho por hacer es necesario dar prioridad a lo realmente relevante, falta promover un trabajo conjunto entre los sectores de salud, educación, protección social y desarrollo social. ¿Cuántas muertes más deben ocurrir para empezar a trabajar de manera articulada entre los sectores públicos y privados y entre los diferentes niveles de gobierno?

No podemos quedarnos como espectadores, es hora de hacer algo, desde el lugar donde nos encontremos, es necesario que los adultos nos preocupemos por formar y proteger a todos los niños y niñas, la sociedad necesita de personas que hagan bien lo que tienen que hacer y que existan políticas que lo respalden.

Mi hermano trabajaba muy duro, dejaba inclusive de ver a su familia por dedicar su tiempo a su trabajo a hacer las cosas bien, ¿quién valorará sus horas de compromiso y aporte a la sociedad?

Si cada uno de los ciudadanos de a pie, se compromete con aportar a la sociedad entonces podemos tener la esperanza de que podemos vivir más tiempo, mientras tanto, la vida es una incertidumbre.